La preparación del terreno y de la planta
Dos de los factores que inciden decisivamente en el éxito de una buena plantación son la preparación del terreno y la elección de la planta.
La preparación del terreno
Por lo general, para la plantación de cualquier especie forestal es necesario eliminar previamente la vegetación competidora existente en la parcela a repoblar. Es necesario aclarar que cuando se trate de terrenos procedentes de concentración parcelaria forestal o de repoblaciones realizadas tras una tala, no se deben dejar árboles adultos en el medio. Esta práctica, muy apreciada por algunos silvicultores gallegos, no tiene fundamento ni futuro, máxime cuando se encuentran esparcidos por la parcela mezclados con la nueva planta. Estas plantas adultas supondrán un obstáculo para las buenas prácticas silvícolas que se deben realizar en la plantación, doblarán el fuste de las nuevas plantas en busca de luz y finalmente habrá que extraerlas, suponiendo, no sólo un coste añadido, si no también un riesgo para la planta joven.
Una vez eliminada la vegetación de competencia, es necesario ablandar el terreno en profundidad mediante subsolado. El subsolado es el método más común de preparación del terreno porque es una operación económica y con buenos resultados. Es recomendable hacerlo en el sentido de máxima pendiente para facilitar el trabajo y dejar la plantación en una disposición más cómoda para futuros trabajos de mantenimiento.
- Hoyo hecho a mano.
- Combinado de subsolado lineal en pendientes menos pronunciadas con ahoyado con retroexcavadora y retroexcavadora en pendientes superiores al 40 %.
Y por último, sobre todo en terrenos procedentes del abandono de la agricultura o en montes cubiertos de matorral, es conveniente realizar trabajos a hecho o en las franjas de plantación, preferiblemente con una grade pesada en lugar de fresa, para favorecer la descompactación del suelo y castigar el rebrote de la vegetación preexistente.
En el caso de que, por excesiva pendiente o riesgo de erosión, no se pudiese realizar el subsolado continuo, se puede realizar un subsolado puntual o hoyos con una retroexcavadora.
En el caso de terrenos llanos con algún encharcamiento temporal o con dificultades de drenaje, es aconsejable abrir zanjas de drenaje en la dirección que facilite la evacuación del agua y no dificulte el trabajo mecanizado, y realizar sumas para que la raíz de la planta quede por encima. el nivel del suelo en los primeros años de implantación.
En el caso de terrenos pedregosos, al realizar el subsolado pueden aflorar piedras a la superficie del terreno que dificultarán futuros trabajos y estropearán el aspecto de la plantación. Para evitarlo, se puede reducir el ancho de trabajo en el subsolado o sustituirlo por ahoyado.
- Zanja de drenaje en una plantación de fresno.
- Repoblación de fresno en la que se realizaron somas para evitar el encharcamiento.
La elección de la planta
La elección de una buena planta con una calidad genética y morfológica adaptada a nuestro terreno es fundamental para conseguir una plantación exitosa. Los resultados de la repoblación dependen, en gran medida, de la procedencia de la planta.
Es necesario conocer la procedencia de la planta o de la semilla para poder elegir aquella cuyo origen se parezca más al lugar donde se va a plantar.
Lo más habitual es utilizar la planta en contenedor o a raíz desnuda. La siembra rara vez se utiliza y sólo es aconsejable si se desea una plantación espesa a bajo coste.
- Planta de fresno en contenedor.
- Planta de fresno de raíz desnuda.
En el caso de decidir utilizar planta en contenedor, hay que procurar que el tamaño del contenedor sea acorde con el tamaño y edad de la planta, de lo contrario habrá muchos problemas al enraizar. La raíz debe estar equilibrada con la parte aérea (tallo recto y grueso en la base) y bien dispuesta en el contenedor y sin enrollamiento en las raíces.
La planta a raíz desnuda permite un desarrollo rápido y amplio del sistema radical y arraiga con relativa facilidad, pero hay que tener cuidado de repicar (cortar un poco) las raíces y disponerlas bien en el terreno para que se desarrollen adecuadamente. El principal inconveniente es que sólo se puede utilizar en invierno.