"Necesitamos aplicar una silvicultura que ponga en el mercado madera de mayor valor, con nuevos usos para la industria"
La buena demanda y los altos precios que han alcanzado los pinos en los últimos años han hecho que los propietarios forestales y las comunidades de montes recuperen el entusiasmo por las masas de coníferas. Pino de Galicia entrevista al ingeniero forestal Jorge Bouzas, de la Asociación Forestal de Galicia, para hablar con él sobre el manejo que deben tener los pinares, para producir madera de calidad y visitar trabajos forestales en la comunidad de montes de Balouta e Fontecova (Dodro , A Coruña).
- Explícanos algunas recomendaciones generales para la planificación de las masas de pino.
- En la Asociación Forestal de Galicia partimos de modelos silvícolas para la producción de madera de alta calidad, con dos vías posibles: la regeneración artificial, que se realiza mediante plantación, y la regeneración natural tras la corta, muy común en las comunidades de montes.
En el caso de la regeneración artificial mediante plantación siempre aconsejamos utilizar plantas mejoradas genéticamente. Partiendo de esa planta de calidad, tenemos la opción de un marco abierto de 4×4 metros, casi definitivo, con muy buena planta, y también existe la posibilidad de un marco más denso, de 4×2,50 metros, que nos permite hacer una posterior selección de los pies de porvenir, así como el acceso a ayudas públicas para la gestión de la masa.
En cualquier caso, siempre recomendamos distancias de 4 metros en las filas para evitar dañar los árboles en trabajos posteriores, con toques del tractor o maquinaria.
En los trabajos de preparación del terreno siempre recomendamos un subsolado profundo, si se puede atravesar mejor. Otra opción es abrir los hoyos de plantación con una mini pala.
En el caso del regenerado natural, después de la corta, hay que hacer un tratamiento de los restos y esperar ese regenerado natural, para ver si es suficiente, y luego abrir unas calles y seleccionar los árboles que se dejan.
– Estamos en la Comunidad de Montes de Balouta e Fontecova, un monte vecinal que es un ejemplo de apuesta por el pino en las 500 hectáreas que gestiona. Cuéntanos sobre la situación forestal del monte.
– La Comunidad de Montes de Balouta y Fontecova tiene principalmente masas de pino que siempre van a regeneración natural. Tienen muy buena regeneración natural en el monte, tienen muy buena planta y luego siempre optan por hacer cortas, tratamiento de los restos y aprovechar el regenerado para abrir calles en el primer o segundo año, ayudando con la regeneración artificial. en zonas concretas donde el pino no había nacido.
- ¿Cuáles son los trabajos silvícolas precisos a lo largo de todo el ciclo de una plantación o de una regeneración natural de pinos?
– Una vez realizada la siembra se debe hacer un seguimiento a los 6 meses o el primer año, para proceder a una reposición de marras. Esto es especialmente importante si estamos en un marco de baja densidad, de 4x4 metros, para asegurar el número de plantas.
Luego se recomienda realizar un desbroce en los primeros 3-4 años, para controlar la vegetación acompañante y facilitar el desarrollo de los pinos. Este trabajo, dependiendo del crecimiento, puede ir acompañado de una poda muy superficial de los verticilos inferiores de los pinos.
En el caso de la regeneración natural, si esta regeneración es viable, se deberán abrir calles, con un ancho de trabajo de 2,5 - 3 metros. En el metro restante seleccionaremos los pies que queramos, hasta conseguir las calles y densidad que buscamos.
A partir de ahí, los tratamientos son comunes. Consisten en hacer una primera poda baja, que se debe hacer, dependiendo del crecimiento, entre los 8 y 10 años. Es recomendable no retrasarla demasiado para que las ramas no sean gruesas cuando se poden. Las ramas de 3 centímetros o menos son ideales para cerrar heridas lo antes posible y concentrar los nudos en el interior de los árboles.
Luego, una vez hechas esas podas, los aclareos también son importantes para bajar la densidad, sobre todo en los modelos de mayor densidad. Se harían los que son llamados por lo bajo para eliminar los pies más bajos, que están dominados, bifurcados, torcidos o con algún daño.
Se favorecerá así que queden en la finca los mejores pies, más rectos y más cilíndricos, con una correcta poda, en la que intentaremos concentrar el volumen de madera para la corta final.
– Respecto a la elección de especies de pino, ¿qué recomendaciones están dando en la Asociación Forestal?
– Existen en el mercado varios tipos de pino, que son sobre todo Pinus pinaster. (pino del país) y Pinus radiata (pino radiata o insigne). El pinaster es un pino más agradecido si hay poca gestión, porque tiende a hacer una mejor poda natural, suele tener menos enfermedades.
En el caso de radiata se recomienda una silvicultura para reducir esos nudos, que no debe haber en la madera de calidad, por lo que hay que hacer esas podas tempranas. También son necesarias las claras para que la masa quede limpia y el aire circule bien por ella, evitando los hongos, habituales en las masas de pino radiata.
- Actualmente y para los próximos años, ¿cuáles son las perspectivas de sanidad de las masas de pino?
- Los principales problemas son la plaga del nematodo del pino, que actualmente se concentra en la zona sur de Pontevedra, y los hongos de las bandas, que afectan principalmente al pino radiata en la zona de Lugo.
En el caso del nematodo, se desconoce hasta qué punto quedará retenido en la zona sur de Galicia. De todas formas, se están realizando ensayos de progenie para encontrar familias de pinos que muestren mayor resistencia al nematodo. La recomendación sería que en cuanto esas familias probadas estén disponibles en los viveros, claramente identificadas, se opte por esas familias para la plantación.
En el caso de las bandas, sí es cierto que se produjo un aumento, debido a la llegada de la enfermedad de las bandas desde el País Vasco y Asturias, algo fomentado por los inviernos cálidos. Nos encontramos ahora en un ciclo en el que la enfermedad de las bandas está adquiriendo mucha importancia, especialmente en la zona de Lugo y en los pinares de insigne.
La recomendación es tener las masas lo más saneadas posible, con podas bajas y claras que permitan mejorar la aireación de la masa. Si es necesario, también se puede intervenir con productos fungicidas para intentar reducir el nivel de esporas del hongo y controlar la enfermedad.
–¿Cuál es la perspectiva de rentabilidad de las plantaciones de pino a medio plazo?
– Venimos de un ciclo de alta demanda y precios muy altos. Eso demostró que el propietario, cuando percibe que el pino tiene valor, apostará por él. Actualmente estamos en un ciclo de menor demanda, pero Europa es deficitaria en madera, por lo que la previsión es que habrá demanda de esa madera. También tenemos que trabajar para hacer los trabajos silvícolas necesarios, para poner en el mercado madera de alta calidad que permita un valor añadido a la industria y usos que hasta ahora no hemos podido conseguir.
– ¿Los trabajos silvícolas de las que hablamos serían la principal clave para obtener madera de calidad?
- De hecho, en los pinares siempre es muy importante el cuidado silvícola de podas, rareos y entresacas. Estos trabajos siempre van encaminados a producir madera de gran diámetro, muy cilíndrica y sin nudos.
Si hacemos podas en el momento adecuado, entre 8 y 10 años, y claras en años posteriores, concentraremos el volumen de madera en pies de calidad y de mayor diámetro, lo que nos permitirá pensar en destinos de sierra, chapa y desenrollo.
En el caso de que partamos de marcos de plantación grandes, es importante cortar madera adulta, de 15-18 años, de la que siempre extraeremos pies dominados, rotos, enfermos o estropeados.
– Usted hablaba antes de que los altos precios del pino confirmaran que el propietario forestal, cuando hay buenas perspectivas, apuesta por el pino. ¿Qué evolución estáis viendo del interés por la especie?
- Las comunidades de montes siempre han sido más fieles a la especie, por ejemplo en Barbanza y en el sur de Pontevedra, siempre han tenido bastante superficie de pino, con tendencia a mantenerla.
En el caso de los propietarios particulares, es cierto que cuando los precios eran bajos hubo un claro cambio al eucalipto por cuestión de rentabilidad. Pero en el momento en que el propietario vio que el pino alcanzaba un precio mucho mayor que el eucalipto, hubo una clara apuesta por la plantación de pino.
– ¿En la Asociación qué recomendaciones están haciendo respecto a la elección de especies y ordenación del monte?
– Distinguimos entre pequeños propietarios y comunidades de montes. Es recomendable no apostar siempre por una especie, sino diversificar. Para las comunidades de montes, además de los pinares, recomendamos optar por frondosas en zonas de vaguada, en las franjas de los caminos y cerca de las viviendas. Son zonas condicionadas por la normativa de prevención de incendios y en ellas se pueden realizar plantaciones de frondosas con el fin de controlar la maleza, de modo que los trabajos posteriores de desbroce sean más baratos.
En el caso de los propietarios privados la diversificación es más complicada, porque estamos hablando de propiedades pequeñas donde no tiene sentido subdividir en exceso. Lo normal es hacer allí una apuesta más monoespecífica, teniendo en cuenta la normativa que afecta a cada persona.
- En los últimos años el pino ha experimentado cierto auge en usos multifuncionales, más allá de la madera. ¿Qué posibilidades destacarías?
– Hoy en día, cada vez son más las comunidades de montes que cuentan con sus propios cotos micológicos. También está la extracción de resina, que muchas comunidades han intentado, como una forma de tener la masa desbrozada y pesonal trabajando en el monte en una época en la que es importante la prevención de incendios.
Otra opción a considerar son los mercados de carbono, que pueden proporcionar ingresos adicionales. De momento, en España, la regulación del Ministerio de Transición Ecológica permite entrar en los mercados de carbono superficies forestales que estuviesen rasas desde 1989 o terrenos afectados por un incendio en los que se haga plantación o apertura de calles para regeneración natural.